
Cuando alguien escribe en primera persona también decide el personaje en el que quiere meterse y, a partir de ahí, se cuenta la historia. Escribir permite soñar, ser quien no eres, jugar al despiste y vivir otra vida. En definitiva, experimentar un carnaval literario. Escoge tu otro yo y elabora un texto en el que seas lo que quieras. Ten en cuenta que debes creerte tu papel para transmitir verosimilitud a tus lectores/as.